Lo primero que salta a mis oídos es el trabajo de producción, el cual consigue un sonido limpio y mucho mas inmerso en esa pesadez emocional que desde un principio, ha sido lo que me tiene cautivo con esta dama y sus creaciones musicales. La inclusión de elementos electrónicos y las ambientaciones que estas generan a lo largo del álbum, no logran otra cosa que robarme estridentes aplausos al finalizar la reproducción de esta auténtica "joya".
Es de mi conocimiento que en Pain Is Beauty, Chelsea Wolfe contó con apoyo adicional en el trabajo de producción y eso no solo se nota, sino que sobresale colosalmente. A mi parecer, este es un material altamente experimental que no deja de lado la identidad de esta talentosa dama, quien se hace acompañar de músicos que enriquecen notoriamente toda la composición de este material salido en el 2013.
Las caminatas nocturnas con la música de esta dama en los audífonos, sin duda es algo que disfruto mucho.
Necrolaico MMXXII
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